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Mostrando entradas de julio, 2010

Mi declaración de principios (1º parte)

Esta sera de ahora en adelante una pequeña muestra de lo que es, fue y sera mi vida 1. Soy una persona intolerante a ciertas cosas, como la mentira, la indiferencia o el cinismo. 2. Sobre el cinismo, yo no seré simpática con la gente que no me agrada ni tampoco jugare a hacer actriz para ocultar lo que siento, solo en ocasiones especificas tratare de maquillar emociones pero no de ocultarlas. 3. No soy monedita de oro para caerle bien a todo el mundo, así de simple, si aceptan como soy bien y si no bien también. 4. Reconozco que no soy católica, ni evangélica ni nada que se asemeje al termino religión; mi religión es una sola y es en la que creo yo, nada mas. 5. Me he enamorado dos veces (creo) y la ultima ocasión no fue el cuento de hadas que creí, gracias a ello ahora me cuesta creer en las palabras bonitas y en las buenas intenciones. Aprendí a ser una mujer concreta. 6. Estoy ocupándome de los daños colaterales que han causado mis actos, y aprendiendo de ellos para ser mejor, en

La Historia de Pedrito y el Lobo

En un pueblito del campo, vivía un pequeño llamado Pedro. Como se dedicaba a cuidar ovejas era conocido como Pedro el pastor. Todas las mañanas muy tempranito salía contento hacia la pradera con su rebaño, y mientras caminaba a todos saludaba: ¡Buenos días señor! ¡Buenos días señora! Pero eran muy pocos los que le respondían, porque todos estaban muy ocupados en sus tareas y no le prestaban atención. Un día mientras descansaba debajo de un árbol cercano a un arroyo, viendo pastar a sus ovejitas y escuchando el trino de los pajaritos, tuvo una idea: ¡Voy a llamar la atención de todos haciéndoles creer que me persigue un lobo! Esa misma tarde Pedro llegó al pueblo corriendo y exclamando... ¡Socorro, auxilio un lobo me persigue, y trató de comerse mis ovejas! Todos en el lugar se alborotaron y corrieron en busca del malvado animal, pero regresaron afligidos por no haberlo encontrado. Al día siguiente cuando el niño se iba con sus ovejitas todos le decían preocupados: ¡Ten mucho cuida